Tras años sin saber nada sobre la identidad de su padre y con una relación tormentosa con su madre, Alejandra Suárez se entera de que Aleksandr Ogorodnik, uno de los espías más importantes durante la Guerra Fría, contactado por la CIA en Bogotá y capturado por la KGB en Moscú, tuvo una relación con su madre y ella puede ser su hija. Hoy Alejandra trata de descubrir hasta el último detalle de la vida y la muerte de su padre, sus raíces, su familia y su historia, contra las barreras del tiempo, el idioma, la política y la memoria de su madre borrada por el alzhéimer. «Resulta que, sin yo saberlo, mi existencia ha sido uno de los secretos mejor guardados de la Guerra Fría y que tanto mi madre como la CIA la ocultaron al mundo.» El resto de la historia se desarrollaría cuando Alejandra y yo nos encontrásemos cuatro meses después».